viernes, 27 de julio de 2007

LOS ABUSOS DE LAS EMPRESAS SALMONERAS








En el Chiloé de hoy ni Supercifuentes podra detener las arbitrarierades y abusos de la Industria Salmonera, tanto en lo laboral como en la destrucción del Medio Ambiente Natural. Esta es una muestra de las "Extrañas Dictaduras" que nos dejó Pinochet.

Esta es una noticia publicada en Chiloe Web, y en los medios de comunicación de la isla:
Preocupación existe en al comunidad williche de compu, en la comuna de Quellón, por la existencia de balsas salmoneras que están operando en territorio marítimo que pertenece a dicha comunidad. Así lo señaló el cacique de Compu, Américo Lincomán Llaitureo, quien indicó que la contaminación que se está generando a través del alimento está matando los bancos naturales de mariscos y del alga glacilaria pelillo, lo que va en aumento por causa de la Empresa Invertec que ha instalado jaulas fuera del espacio de su concesión.
El cacique Mayor Armando Llaitureo (En la Foto el Cacique Mayor de Chiloé y el cacique de Compu), señaló que este tipo de atropellos infringe la recientemente aprobada Ley de Borde Costero destinada a hacer que los empresarios respeten los espacios de uso ancestral de los pueblos originarios. En el Chile de hoy estas empresas realizan impunemente acciones arbitrarias al margen de toda legalidad. La instalación de balsas jaulas en espacios no concesionados es parte de la repetida y conocida lógica de los hechos consumados, a lo que nos hemos ido acostumbrando en Chiloé y eso debe terminar. Sostuvo el Cacique Llaitureo, además, denuncia que las autoridades competentes no realizan ningún tipo de fiscalización que detenga los atropellos al derecho de habitar un lugar libre de contaminación.
Finalmente, el Cacique Mayor de la Comunidad Huilliche de Compu afirmó que las autoridades deben cumplir con su responsabilidad de cautelar los espacios marítimos, porque en estos momentos la contaminación existente en los mares de Chiloé es un atentado a la vida y a los derechos humanos de todos los habitantes del Archipiélago de Chiloé.

SUPERCIFUENTES

El calvo héroe de los días de las jornadas de protestas nacionales, dibujado por Hervi, en la Revista La Bicicleta, en la década del ochenta. Esta caricatura apareció en el número 44 del año 1984 cuando se descubrió la casita que Pinochet estaba construyendo en El Melocotón, en terrenos comprados al fisco a un precio irrisorio. Casa que después para disimular entregó al ejército.

La cuestión es que nuestro subdesarrollado héroe Supercifuentes siempre terminaba siendo victima de la represión de los organismos de seguridad de la dictadura militar. “Supercifuente El Justiciero”, en la casa de Pinochet en El Melocotón. Por esos mismos días permanecían presos en Capuchinos, por enriquecimiento ilícito, un ex ministro de economía y hacienda del régimen militar, compañero de celda de Supercifuentes.


miércoles, 25 de julio de 2007

FRANKESTEIN Y LOS INVUNCHES










El doctor Frankestein, más que doctor fue alquimista, buscando descubrir el secreto de la vida, crea su Golem. Queriendo semejarse a los dioses creadores, con desechos de otros cuerpos inventó un monstruo sin cerebro.

En Chiloé los brujos crean su Invunche. En un proceso contrario raptan un ser vivo, y lo sumergen en la no-muerte. Se apoderan de un niño de pocos meses, un bebé en nuestro neo lenguaje, una “guagua” en el huilliche – mapuche herencia hoy por la juventud repudiada a causa de las costumbres globalizadas. Costuran todos los orificios de su pequeño cuerpo y lo alimentan con restos de muertos robados de los cementerios. Un miedo incomprensible se oculta en este mito.

Es el proceso inverso al que se ingenió Frankestein, desde la vida a las oscuras profundidades de la muerte. Franskestein fue ingenuo su monstruo fue un resumidero de cuerpos. Fue su deformidad producida por la amalgama de cuerpos, consecuencia de la ingenuidad de su creador que quiso construir un único cuerpo con sobras de muchos cuerpos. Su deformidad resultó necesaria consecuencia de la escasez de elementos para construir el ser que demostraría que la vida se puede crear en un laboratorio. Es la ciencia, la razón equivocándose del camino. Un error de la ciencia como las bombas nucleares pero en una escala menor.

La Brujería es lo contrario, es la imaginación inventando la muerte. Haciendo que la muerte esté vecina, la tengamos aquí al ladito, saltando el cerco de las alegrías allí está el miedo. Es la maldad de deformar la vida.

Podemos reírnos de Frankestein, las parodias de Boris Karloff hoy a nadie asustan, la muy yanki familia Monster y su estilo de vida norteamericano. Pero de los brujos de Chiloé y sus invunches nadie ha hecho del humor un conjuro para espantarlos.

Esta página se titula Frankestein y otros Profetas porque esta construida con desechos, esas cosas que no sabemos para que sirven, y las guardamos en nuestros archivos; y porque esta construida con el humor más serio, ese que nos deja perplejo y nos pellizca el cerebro con los recuerdos, y estamos vivos porque somos capaces de tener recuerdos.

Descartes se equivocó; la cuestión no era “cogito ergo sum”, cojeo y luego soy. Era “cordare ergo soy”. Soy porque llevo recuerdos en el alma, esa parte del cuerpo que los materialistas llaman cerebro.

martes, 24 de julio de 2007

Las Frases del Tirano


Luis Bruschtein - Página12

Resulta imposible hablar de Augusto Pinochet sin hacer mención de algunas frases que describen su pensamiento original. Por ejemplo, en 1973, poco después del golpe, el tirano chileno fue el que utilizó por primera vez la siguiente metáfora: “Ayer estábamos al borde del abismo, hoy hemos dado un paso hacia delante”. Cuando definió su proyecto de Nación, en 1980, anunció que “de cada siete chilenos, uno tendrá automóvil; de cada cinco, uno tendrá televisor, y de cada siete, uno tendrá teléfono”.

El 31 de diciembre de 1973, cuando volvió a explicar las razones del golpe contra el presidente constitucional Salvador Allende, indicó que “la democracia, que siempre hemos respetado, será custodiada por las instituciones armadas, para impedir que pueda ser violada”. Dijo esto cuando la democracia ya no existía y solamente quedaba lo de “custodiada por los militares” y “ser violada”. En una entrevista, que fue publicada en 1999, le preguntaron por qué siempre usaba anteojos negros y el hombre respondió: “La mentira se descubre por los ojos y yo muchas veces mentía”.

Con las frases de este personaje patético que aparece como la contracara ética del presidente Salvador Allende en el espejo donde los chilenos se proyectan al mundo, podría escribirse un libro y sería para reírse si no fuera por el trasfondo sórdido. Cuando este hombre, al que no se le reconoce rasgo de grandeza, decía que mentía, era verdad.

Había conocido a Allende en 1948 cuando, como autoridad militar, le negó al dirigente socialista el permiso para visitar a presos comunistas en Iquique. Pensó que Allende lo odiaba desde aquel entonces y por eso se asustó cuando ganó las elecciones presidenciales del 4 de septiembre de 1970. Y no pudo entender la razón de que no lo pasara a retiro. “Yo creo que me confundió con otro general que se llamaba Manuel Pinochet”, explica en su autobiografía. “Por supuesto –agrega- me aproveché de esa confusión y nunca la aclaré porque entendí que había que aprovechar en su contra a la herramienta principal de los marxistas, el engaño”.

Mintió tan bien que ni sus colegas estaban seguros de que se sumaría al golpe que encabezó en un primer momento el general Gustavo Leigh. Del ’70 al ’73 había sido el militar servicial y eficiente por excelencia, al punto que cuando el general profesionalista Carlos Prats debió ser relevado en el comando del Ejército, fue el mismo Allende quien lo eligió para reemplazarlo. Al mes siguiente lo traicionaba y al poco tiempo traicionaba a Leigh y se convertía en “el único militar en todo el mundo que había derrotado a un régimen marxista”. El hombre se ponía los moños con ese título y se convertía en símbolo sexual de la derecha y la ultraderecha planetaria. Por la formación prusiana de los militares chilenos, amaba el pasado alemán pero odiaba su presente democrático y reunía su lista de insultos especiales cuando se refería a ellos: “Hoy tenemos un ejército alemán de marihuaneros, drogadictos, melenudos, homosexuales y sindicalistas”.

“Ladino, cazurro, simplista y de increíble astucia y frialdad, con su cuota de pragmatismo, sabía hablar al oído de una cantidad no despreciable de chilenos”, dice Joaquín Fermandois, de la Universidad Católica de Chile. Para desgracia de los chilenos, ni siquiera se trató de un personaje con grandeza, como suele suceder por lo general con los dictadores militares que esconden su pobreza moral detrás del engolamiento y el uniforme. Sin embargo, para muchos chilenos, Pinochet era “el Tata”, una especie de abuelo autoritario y al mismo tiempo bondadoso. Pero era una imagen sostenida en gran medida por el fuerte control de los medios durante la dictadura. Ya en los últimos tiempos, esa figura del “Tata” había desaparecido detrás de las numerosas acusaciones sobre enriquecimiento ilícito.

En su autobiografía, Pinochet insiste en mostrarse como un luchador contra el marxismo leninismo chileno desde su más tierna edad. Pero en la biografía que escribió el historiador Gonzalo Vial se subraya que es poco lo que se conoce del general antes del golpe de 1973. Son pequeñas anécdotas triviales y burocráticas de un militar sin mucha intervención en la política. Lo describe como a un hombre al que le gustaba mandar, pero que también aceptaba, con eficiencia y sumisión, el lugar de segundo. Un hombre que no buscó el poder, pero que se lanzó sobre él cuando lo tuvo a tiro.

Para mostrarlo más despreciable, también están las grabaciones del día del golpe, el 11 de septiembre de 1973, cuando por radio aconsejó a sus colegas generales que deberían ofrecerle a Allende, quien se había atrincherado en el palacio de gobierno, un avión para permitir su salida del país, para arrojarlo al vacío durante el viaje. “La opinión mía –dice el textual grabado– es que estos caballeros se toman y se mandan por avión a cualquier parte, e incluso por el camino los van tirando abajo.”

Pero el colmo de su histrionismo fue la exhibición que realizó cuando fue detenido en Gran Bretaña por una orden de captura del juez español Baltasar Garzón. Hizo la actuación del viejo baboso con descontrol de esfínteres para lograr que los ingleses lo mandaran de vuelta a Chile. Y lo logró. Pero cuando pisó tierra de su país, dejó la silla de ruedas y recibió a pie y caminando erguido el saludo de los militares chilenos que lo estaban esperando para homenajearlo.

En 2005 le preguntaron si él, como presidente de la República, era jefe directo de la DINA, la policía secreta del régimen. “No me acuerdo, pero no es cierto –respondió–, no es cierto y si fuera cierto, no me acuerdo.” Pero hay otra frase donde no mintió y revela la candidez elemental de su brutalidad. Fue cuando le preguntaron por los desaparecidos durante su dictadura y él, entonces comparó la cifra con los 14 millones de habitantes que tiene Chile: “Dos mil no es nada”.

HUMOR EN EL CINE MUDO

Búster Keaton en “El Maquinista de la General

Los filmes cómicos tuvieron un éxito inmediato porque la mayor parte de ellos presentaban a agentes de policía que caían a alcantarilla, tropezaban en cubos de yeso y sufrían mil contratiempos. Eran las personas que representaban la dignidad del poder. La visión de sus desventuras provocaba en el público mayores deseos de reír que si se tratase de simples ciudadanos. (Charles Chaplín)

El “gag” era la base del cine cómico mudo, se planeaba cuidadosamente en el estudio cinematográfico, aunque el espectador tuviera la impresión de que era absolutamente espontáneo. En los filmes de Chaplín el contenido social es manifiesto. En ellos el personaje es victima de las estructuras sociales, políticas y económicas. En cambio el las películas de Búster Keaton, la lucha del personaje es una lucha de su psicología con la psicología de los demás; es el personaje victima de la incomprensión.

ALARACO




Quienes vivimos la infancia en los años sesenta del siglo reciencito no más pasado, se nos hizo inolvidable el recuerdo de las tardes de inviernos encerrados en casa leyendo historietas que se compraban en la única librería de un pueblo de provincia, o se cambiaban con los amigos, o se arrendaban en las librerías de revistas y libros usados. Librerías de libros y revistas donde por unos pocos escudos, la moneda de esos años, se compraban revistas usadas, se cambiaba una revista ya leída por otra, o se arrendaban revistas de historietas. Así como hoy existen locales de arriendo de películas en video o en DVD, en los años sesenta existían locales de arriendo de revistas de historietas.

El inefable Alaraco era una tira cómica que aparecía en la revista para adultos El Pingüino. Revista que hoy nos parece ingenua con sus vedettes en bikini. Que dirían nuestras abuelas, si hoy vieran en las playas las más hermosas mujeres con un diminuto colaless que no deja nada a la imaginación. Ellas que en esos años nos quitaban de las manos estas revistas, e indignadas las quemaban en el fuego de la estufa a leña que espantaba el frío de esos inviernos en una isla ubicada en el final del mundo; se persignarían resignadas y dirían que son señales de los tiempos del Apocalipsis.

Aquí muestro una infantil historieta de Alaraco dibujado por el genial y nunca reconocido en Chile Themo Lobos que después publicó MANPATO la mejor revista que educó a tantos jóvenes en los años setenta. Pero ese es otro cuento.


EL PINGUINO

El Pinguino era una revista para adultos que hoy no mirarían ni los niños pero nuestras abuelas y madres la prohibían por indecente. En sus páginas se mostraban fotos de mujeres en bikini que debíamos mirar a escondidas de nuestros padres y abuelos. Hoy en cualquier playa se ven mujeres más desnudas que las que aparecían en las páginas del Pinguino.
He aquí una portada de esta "indecente" revista del año 1964:






lunes, 23 de julio de 2007

LOS BRUJOS

San Juan poblado ubicado en la costa de Chilóe, cerca de Dalcahue.

Si no creen que existe la brujería en pleno siglo XXI, lean esta noticia y se convencerán de lo contrario. No creo en brujos Garay pero de haberlos… En Chiloé deben estar…(Noticia publicada en el diario La estrella de Chiloé en abril del 2007)

Especulaciones, dudas, dolor y desesperanza es lo que prevalece en torno a las muertes de dos personas que no resistieron el frío y la crudeza de la montaña y encontraron la muerte en isla Tranqui, comuna de Queilen.

"Pienso que es como una fuerza maligna la que estuvo presente en medio de todo lo que sucedió", afirmó Rosa Caipillán, esposa de Francisco Humberto Guichaquelén, encontrado muerto el pasado viernes, después de haber estado desaparecido junto a Héctor Uribe. Este último fue hallado recostado junto a un árbol a cuatro metros de distancia del anterior y falleció cuando recibía atención en un helicóptero de la Armada.

HECHICERÍA

"No me saca nadie de la cabeza que hubo algo de hechicería en la forma como se perdieron; además fue extraño que no contestaron cuando los llamamos a poco rato de haberse perdido", reiteró la mujer que no se resigna a lo acontecido.

Acota que en las faenas de búsqueda varias personas extraviaron el camino en el mismo lugar. "Un sobrino, por ejemplo quedó desorientado y logró salir sólo porque la persona que iba con él se subió arriba de un árbol, llamó por celular y guió para que los ubiquen", precisó.

"¿Por qué cuando encontramos a HUmberto Uribe nos dijo: van a tener que pagar lo que hicieron ¿a quién se refería?", afirmó Bernardo Leguer, el cual fundamenta sus dudas en un momento cuando estuvo perdido. "Grité y las personas que estaban a 50 metros no me escucharon", puntualizó.

SOLIDARIDAD

Se espera que el tiempo hará comprender a los habitantes de Tantauco, localidad cercana a Ancud, las dificultades que se deben afrontar cuando alguien se pierde en una región inexplorada y cubierta de espeso matorral y árboles.

Héctor Uribe y Francisco Humberto Guichaquelén se habían conocido en Dalcahue, comuna en la que este último se dedicaba al comercio. Guichaquelén y su esposa acogieron la soledad y el abandono en que vivía Uribe. Atrás dejaron su pasado, compartieron por más de un año sus vidas, sus sueños y fueron hasta la isla Tranqui para encontrarse con la muerte.


sábado, 21 de julio de 2007

Stevenson y los piratas


R. L. STEVENSON


Robert L. Stevenson (1850 – 1894)


Cuando en un perdido pueblo en una isla ubicada al final de Sudamérica, en la década del sesenta escuchaba por la radio del pueblo un programa de cuentos infantiles; en mi imaginación se aparecía el marinero de la pata de palo con su loro al hombro y un parche en un ojo; era los personajes salidos de la fantasía de Robert Louis Stevenson marcado la infancia, con la canción de muerte que entonaban los marineros de ese buque de piratas que buscaban un tesoro en una isla inúbicable en el archipiélago de la imaginación: “Jo, jo jó; la botella de ron… el capitán con su pata de palo en la rueda del timón… y la bandera negra con las tibias cruzadas… flamea en el mástil mayor… Jo,jo jó; la botella de ron”. Era el inicio de las aventuras por islas tropicales, en las frias tardes del invierno austral.
Robert Louis Stevenson no sólo escribió de aventuras y corsarios; su literatura se repletó de misterios con El extraño caso del doctor Jekill y mister Hyde, y es por ello conocido universalmente, y es la obra que marca un antes y un después en la literatura fantástica. Pero Stevenson gran autor de novelas de aventuras, vivió esas aventuras cuando en 1890 ancló definitivamente en Upoilu, una de las islas del archipiélago de Samoa; su paisaje de palmeras imperturbables, y enormes helechos prehistóricos en extensas playas de fina arena son parajes que se destacan en el paisaje de La Isla del Tesoro. Novela de aventuras que le ha proporcionado renombre universal y lo ha popularizado entre los más jóvenes lectores como para clasificarle entre los “autores para la juventud”.
Robert Louis Stevenson, nació en Edimburgo, Escocia, el trece de noviembre de 1850. Apasionado de la lectura su única ambición era ser escritor y con el tiempo fue desarrollándose su afición por lo fantástico y lo misterioso. La obra de Stevenson fue innovadora en su tiempo, y desde una reflexión sobre los descubrimientos científicos; Doctor Jekill y mister Hyde, y sus funestos efectos en el desarrollo moral de la humanidad, nos embarca en sus novelas de aventuras que esconden una meditación sobre el problema del Mal, concebidas de una óptica dualista e inseparable de la naturaleza humana.
Algunas de las novelas más conocidas de Stevenson son:
La isla del tesoro.
El extraño caso del doctor Jekill y mister Hyde.
El diablo en la botella y otros cuentos.
Cuentos de los Mares del Sur.
El Muerto vivo.
La Flecha Negra.
Secuestrado o Las Aventuras de David Balfour.