lunes, 23 de julio de 2007

LOS BRUJOS

San Juan poblado ubicado en la costa de Chilóe, cerca de Dalcahue.

Si no creen que existe la brujería en pleno siglo XXI, lean esta noticia y se convencerán de lo contrario. No creo en brujos Garay pero de haberlos… En Chiloé deben estar…(Noticia publicada en el diario La estrella de Chiloé en abril del 2007)

Especulaciones, dudas, dolor y desesperanza es lo que prevalece en torno a las muertes de dos personas que no resistieron el frío y la crudeza de la montaña y encontraron la muerte en isla Tranqui, comuna de Queilen.

"Pienso que es como una fuerza maligna la que estuvo presente en medio de todo lo que sucedió", afirmó Rosa Caipillán, esposa de Francisco Humberto Guichaquelén, encontrado muerto el pasado viernes, después de haber estado desaparecido junto a Héctor Uribe. Este último fue hallado recostado junto a un árbol a cuatro metros de distancia del anterior y falleció cuando recibía atención en un helicóptero de la Armada.

HECHICERÍA

"No me saca nadie de la cabeza que hubo algo de hechicería en la forma como se perdieron; además fue extraño que no contestaron cuando los llamamos a poco rato de haberse perdido", reiteró la mujer que no se resigna a lo acontecido.

Acota que en las faenas de búsqueda varias personas extraviaron el camino en el mismo lugar. "Un sobrino, por ejemplo quedó desorientado y logró salir sólo porque la persona que iba con él se subió arriba de un árbol, llamó por celular y guió para que los ubiquen", precisó.

"¿Por qué cuando encontramos a HUmberto Uribe nos dijo: van a tener que pagar lo que hicieron ¿a quién se refería?", afirmó Bernardo Leguer, el cual fundamenta sus dudas en un momento cuando estuvo perdido. "Grité y las personas que estaban a 50 metros no me escucharon", puntualizó.

SOLIDARIDAD

Se espera que el tiempo hará comprender a los habitantes de Tantauco, localidad cercana a Ancud, las dificultades que se deben afrontar cuando alguien se pierde en una región inexplorada y cubierta de espeso matorral y árboles.

Héctor Uribe y Francisco Humberto Guichaquelén se habían conocido en Dalcahue, comuna en la que este último se dedicaba al comercio. Guichaquelén y su esposa acogieron la soledad y el abandono en que vivía Uribe. Atrás dejaron su pasado, compartieron por más de un año sus vidas, sus sueños y fueron hasta la isla Tranqui para encontrarse con la muerte.